El realismo mágico
El término realismo mágico lo acuñó por primera vez el crítico alemán Fran Roh
en 1925. Pero pronto empezó a usarse para definir una nueva narrativa
hispanoamericana, que intentaba romper con los cánones de la literatura de las
primeras décadas del siglo XX, que, aunque interesada por la peculiaridad
americana, se acercaba a ella desde una estética predominantemente realista.
Desde la década del cuarenta se produce una renovación en la novela que se
caracteriza precisamente por la atención a la peculiaridad americana desde una
estética que aúna el realismo y lo fantástico como forma única de expresar las
características del mundo americano. En el realismo mágico encontramos lo
real presentado como maravilloso, o bien lo maravilloso presentado como
real. Los sucesos más fantásticos no se presentan, como sucedería en el cuento
fantástico tradicional, como algo que asombra tanto a personajes como a lectores,
sino como parte de la realidad cotidiana. Asimismo también lo real, lo cotidiano,
puede tornarse en algo fantástico y maravilloso en la narrativa hispanoamericana.
En síntesis:
Podemos decir que el realismo mágico cuenta con:
• Elementos mágicos percibidos por los personajes como parte de la
"normalidad".
• La presencia de lo sensorial como parte de la percepción de la realidad.
• La inclusión de mitos y leyendas latinoamericanos.
• La transformación de lo común y cotidiano en una vivencia que incluye
experiencias "sobrenaturales" o "fantásticas"